Las lunas son unos elementos un tanto estéticos y muy seguros que se introdujeron en el coche allá por 1910. Se introduce en el automóvil para evitar que cualquier objeto pueda llegar a golpear a los ocupantes tras un accidente de tráfico. Sus modestos inicios como vidrios de cualquier tipo han ido cambiando con el paso de los años, convirtiéndose cada vez, en un elemento más seguro.
En 1940 la industria automovilística comienza a utilizar un tipo concreto de vidrio, el cristal templado. El motivo no fue otro que la evolución constante que estaba sufriendo el sector en materia de seguridad, ya que no todos los tipos de vidrio eran los correctos. Tras los estudios de esas épocas se dieron cuenta que los cristales templados eran muy fácilmente resquebrajables ante un accidente de circulación lo que suponía que en ocasiones limitaba la visibilidad del conductor y podía llegar a provocar cortes en los pasajeros del vehículo.
Por ello, en 1983 se incorporaron a los vehículos obligatoriamente por ley (al menos en el parabrisas delantero) los cristales laminados. Este vidrio llega a ser 10 veces más resistente que uno templado, de los que se usaban anteriormente, y mucho más duro. Este tipo de luna está formada por dos cristales cuyo grosor varía de 1,6 a 2,5 milímetros, entre los que se acopla una lámina plástica. Esta lámina, lo que hace es dejar los fragmentos de cristal todos adheridos para que no se desparramen y provoque cortes importantes a los automovilistas en caso de un accidente. Como se ha dicho, actualmente la legislación sólo obliga a las marcas a incorporar este tipo de luna al parabrisas delantero, aunque ya muchos constructores comienzan a incorporarlo en todas las ventanillas del vehículo.
Seguridad en el cristal
Las lunas son la parte fundamental que evita la deformación del techo en caso de vuelco. Además, aportan el 30% de la resistencia estructural del vehículo y por ellos vemos las incidencias de la carretera. De este modo, mantener los cristales en un perfecto estado de conservación se convierte en una prioridad para no ver mermada nuestra seguridad al volante.
En caso de pequeñas fisuras, los cristales laminados ofrecen la posibilidad de ser reparados con cierta facilidad sin necesidad de cambiar el parabrisas completo, lo que supone un ahorro del 80% de la factura. En todo caso, se recomienda cambiarla cuando se vea afectada la parte interior del cristal, la rotura sea mayor de 15 milímetros o se ubique en la zona de visión del conductor.
Mayores amenazas
Según un estudio realizado por Carglass, una empresa de cristalería del automóvil, el 80% de las roturas se producen por impacto de gravilla en la carretera. Por ello se recomienda circular a una distancia prudencial con el vehículo de delante. Este tipo de impactos se puede reparar en casi el 50% de los casos.
Otro 13% de las roturas son provocadas por caídas de objetos de gran tamaño sobre la luna. Esto es más frecuente en zonas rurales y en situaciones climatológicas adversas, por lo que no es recomendable estacionar debajo de árboles o farolas en estas situaciones.
Otro 5% se resquebraja por cambios bruscos de temperatura, principalmente en invierno, cuando intentamos derretir el hielo acumulado en las lunas con agua caliente.
El 2% restante son producidas por actos vandálicos e intentos de robo.
En cuanto al tipo de lunas usadas en el automovil, podemos clasificarlas en 2 tipos principales:
-Lunas templadas.
-Lunas laminadas.
Lunas templadas.
Este tipo de lunas se usaba hace años pero en la actualidad han sido sustituidas por las lunas laminadas que ofrecen mayor seguridad aunque las lunas templadas se utilizan en cristales traseros y laterales todavia.
Como su propio nombre indica este tipo de lunas han recibido un tratamiento termico para dotarlas asi de una dureza especial.
En el caso de rotura , la luna se fragmenta en pequeños trozos , de ai que sean unicamente usadas para laterales y cristales traseros.
Lunas laminadas.
Este tipo de lunas son usadas para el parabrisas delantero.La particularidad de este tipo de lunas es que realmente son 2 piezas las cuales llevan en su interior una lamina plastica echo esto durante el proceso de fabricacion y siendo asi una unica luna.
En el caso de rotura se fisuran pero no se desprenden los pedazos de cristal, siendo esto la ventaja fundamental frente a las templadas ya que los fragmentos quedan unidos con la lamina plastica.
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